Por Nelsy Olivares
En medio de un bosque vive una linda niña llamada Zasha con su abuelo Merchol y su mejor amigo el perro guardián. Rodeados de animales, árboles y flores ellos están muy felices.
Todo solía ser tranquilo hasta que una mañana la niña se despierta sin imaginarse lo que le puede pasar. Muy contenta le dice a su abuelo “voy a recoger muchas flores para adornar la cabaña”, y él contesta, “está bien Zasha pero no te alejes mucho hacia el bosque porque no me gusta”.
Ella responde “Sí, te lo prometo abuelito”.
Se despide y sale muy contenta con guardián y su canasta cantando por todo el camino, cuando de repente el perro empieza a ladrar muy asustado y retrocede.
La niña le dice “por qué ladras guardián, a qué le temes”. Ella al voltear y al alzar la vista queda estática, temblorosa y con ganas de correr pero las piernas no le responden, al mismo tiempo pega un grito “auxilio, auxilio”… Guardián sale corriendo para de alguna manera avisarle al abuelo.
Llega a la cabaña ladrando.
El abuelo imaginando que Zasha estaba en peligro sale a buscarla. La niña en medio de su miedo siente que algo se acerca.
Ella dice “No me haga daño por favor”. Al mismo tiempo escucha “No temas soy tu amigo ven acércate”. Ella asombrada de lo que veían sus ojos dice “¿Quién eres?... ¿porque eres así?... Él le responde “Soy un centauro y me llamo Quirón”. Al mismo tiempo le dice “Ven súbete que te llevo a tu casa, te deben estar buscando”.
Ya a mitad de camino se acerca el abuelo con guardián y al percatarse que la niña viene en el lomo del centauro le grita “Zacha ten cuidado te puedes caer”.
Ella le responde “abuelito él es mi amigo, el centauro no me hará daño”.
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