domingo, 6 de mayo de 2012

Ajenjo y la tierra



Por Gonzalo Paredes


- Desde el espacio sideral me acercaba rápidamente a ti. Hacía tres mil seiscientos años que en mi orbitar no entraba a tu sistema solar, sentía temor. La última vez que me acerqué, a quinientos mil kilómetros de ti, absorbiste de mi cola, por efecto de la fuerza gravitacional, grandes cantidades de escoria cósmica que causó enormes estragos sobre tu ecosistema -  dijo Ajenjo.

- Eso fue lo de menos, más grave fue el efecto que me provocaste: alteraciones en mi campo magnético, cambió el sentido de mi girar, hiciste desplazar mi eje y los polos cerca de cuarenta grados, llevando los trópicos boscosos hasta el Ártico. En Siberia donde habitaban los mamuts se heló en minutos toda chispa de vida; también se produjo un gran diluvio, terremotos continuos, erupciones de fuego, cambios de las aguas y sus cuencas, hundiendo continentes en el océano y surgimiento de nuevos territorios. Se ahogaron los atlantes. Fue una verdadera hecatombe -  contestó la Tierra.

- Acuérdate, a mi paso se perciben diferentes síntomas como ha ocurrido en los últimos años: cambios en el medio ambiente, epidemias, sismos, tsunamis, aceleración en tu vibración y alteraciones en las comunicaciones. Seguro los terrícolas ya están preocupados - comentó Ajenjo.

- Sí, hay mucha inquietud; unos científicos aseguran que el recalentamiento se ha producido a partir de la revolución industrial, por el descontrol y desconocimiento de los efectos de la utilización de combustibles fósiles, el C02 y los desechos químicos que contaminan la atmósfera y las aguas. Otros por el contrario sostienen que las teorías planteadas por antiguas civilizaciones como los egipcios, los sumerios y los mayas son más exactas; que tú, el desconocido planeta rojo, al entrar a nuestro sistema solar, por efecto de fuerzas electromagnéticas, producirás en el sol un nivel más alto de fusión nuclear encendiendo llamaradas más largas – explicó la Tierra-. Muchas predicciones han advertido a los humanos de todos los efectos que se van a producir. Lo importante es saber ¿cuándo será? 

- A la velocidad que yo viajo, sesenta y seis kilómetros por segundo, debo tener mi perigeo el día 21 de diciembre del año 2012. Me verán al norte de la Corona Boreal. Será el fin y el comienzo – aseveró Ajenjo -. La tierra se alineará ese día con el centro de la galaxia, recibirá un rayo sincronizador, será el nacimiento del Sexto Sol, el inicio de la nueva luz, del respeto y la armonía.

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